París - Francia
La Biblioteca Nacional de Francia, en su sede Richelieu, es uno de los grandes tesoros culturales de París y un monumento a la historia del conocimiento en el mundo. Situada en el corazón de la ciudad, en el área del Palais-Royal, su historia se remonta a varios siglos atrás, vinculada a la evolución del pensamiento y la acumulación de saberes en Francia. Este emblemático edificio, más que un simple espacio para la consulta de libros, es un testimonio viviente de la importancia que Francia ha otorgado a la preservación de su legado cultural e intelectual.
La historia de la Biblioteca Nacional de Francia, en general, comienza en el siglo XIV, cuando el rey Carlos V estableció su colección personal de libros en la Torre del Louvre. Sin embargo, su desarrollo como una institución nacional se consolidó bajo el reinado de Luis XIV, cuando el cardenal Richelieu influyó en su organización y expansión. La colección de libros de la Corona continuó creciendo durante los siguientes siglos, especialmente después de la Revolución Francesa, cuando muchas bibliotecas privadas y eclesiásticas fueron confiscadas y añadidas a los fondos de la Biblioteca Nacional. En este contexto de crecimiento, se decidió crear una sede en el área de Richelieu, destinada a albergar algunas de las colecciones más valiosas de la institución.

El edificio de la sede Richelieu, tal como lo conocemos hoy, fue
construido entre finales del siglo XIX y principios del XX, en un periodo de
expansión y modernización de los espacios culturales en París. El arquitecto
Henri Labrouste fue el encargado de diseñar las primeras salas de lectura en la
década de 1860, creando uno de los espacios más impresionantes de la ciudad.
Una de las joyas de esta sede es la famosa sala Oval, una obra maestra de la
arquitectura, que destaca por su cúpula gigantesca y sus finos detalles
arquitectónicos. Este espacio no solo es funcional, sino que ofrece una
experiencia visual y estética única, siendo un símbolo del respeto por el
conocimiento y el saber. La sensación que se experimenta al caminar por la
sala, rodeado de libros y bajo la inmensa cúpula, es casi la de un templo
dedicado a la sabiduría.
Durante siglos, la sede Richelieu fue el principal lugar de consulta de la Biblioteca Nacional de Francia. Aunque en 1996 muchas de las colecciones se trasladaron al nuevo y moderno edificio François-Mitterrand, en el este de París, la sede Richelieu sigue manteniendo su relevancia. Además de albergar colecciones especializadas, ha pasado por una importante renovación en los últimos años, que culminó en 2022. Esta renovación permitió no solo restaurar los elementos arquitectónicos originales, sino también modernizar sus instalaciones, integrando nuevas tecnologías y servicios para los usuarios. Uno de los aspectos más destacados de esta restauración es la reapertura de áreas históricas que habían estado cerradas durante mucho tiempo, devolviendo a la ciudad un espacio cultural de enorme valor.

Otra curiosidad es el hecho de que la Biblioteca Richelieu ha sido, durante mucho tiempo, un punto de encuentro para intelectuales, escritores y artistas. Entre sus usuarios más ilustres se cuentan figuras como Marcel Proust, que solía pasar largas horas en sus salas de lectura. Este legado intelectual sigue vivo hoy en día, ya que la biblioteca sigue atrayendo a un amplio abanico de académicos y escritores contemporáneos.
Paris – 75002
Francia
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