Oxford - Inglaterra
En la céntrica Broad Street de Oxford se encuentra la librería Blackwell, posiblemente la más famosa del mundo, encuadrada entre los muros que tapan los fastuosos jardines de los Trinity, Balliol o Exeter Colleges, y vecina de la imponente Bodleian Library. Si uno la mira desde fuera, con su modesta fachada con letrero azul y su aparcamiento de bicicletas en la misma puerta, nunca imaginará lo que se esconde allí dentro, todo un universo de salas y estanterías, de plantas con cafetería donde tomar a media mañana un café acompañado de una obra cualquiera de Tolkien.
Cuentan que cuando en octubre de 1879 Benjamin H. Blackwell abrió su pequeña tienda en este lugar, muchos de su época lo criticaron por loco. Nunca pudieron imaginar que aquel cuartito oscuro llegaría a ser con el tiempo el origen de la gran cadena de librerías que es hoy, con importantes ramificaciones en lugares tan emblemáticos la Charing Cross St. en Londres, destacando igualmente su faceta editorial casi desde los tiempos del fundador potenciada por su hijo Basil, auténtico impulsor de la firma. Qué imagen sería ver a clientes como Oscar Wilde, Bernard Shaw o Lewis Carrol hojeando sus libros en las mesas de novedades entre estudiantes y curiosos varios.
Dicen que a medida que crecía el negocio era más necesaria la ampliación de la librería, por lo que el Trinity le cedió el uso de una amplia estancia que colindaba por detrás. Desde mediados de los 60 esa estancia está completamente integrada en la librería y recibe el nombre Norrington Room, en recuerdo de Sr. Arthur, presidente entonces del College, y es la sala más grande del mundo, como una catedral de libros escondida tras una pequeña puerta.