Ya ha llovido mucho desde que con poco más de quince años visitara el Valle de Benasque. Me queda un vago recuerdo de el Hotel donde nos hospedamos aquel fin de semana con la família, la calle principal de Benasque y poco más. Era un destino que teníamos en la lista de pendientes (como muchos otros que todabía esperan). Como viene siendo habitual, preparamos la AC la noche de antes. Salimos bien temprano para hacer el viaje más placentero con los peques, aprovechando los últimos coletazos de sueño. después de un pequeño alto en el camino en Barbastro para almorzar, proseguimos la marcha.
En esto que nos crucemos en el camino con unos agentes de la autoridad. Todo fueron buenas palabras y entendiminetos, pero nos marchemos con una receta, que aunque justificada, siempre duele (y más si es en el bolsillo).
Nuestro siguiente reto fue cruzar el Congosto de Ventamillo. Pasar con la AC por esta carretera fue espectacular y acojonante. La carretera se nos quedaba cada vez más pequeña, y para hacerlo más interesante, encopntramos unas obras de asfaltado. Fue toda una azaña pasar la AC junto a la máquina de asfaltado por esta calzada tan y tan estrecha. Una vez superado este tramo, me queda la sensación que no he visto nada, pues solamente tenía ojos para la calzada y los retrovisores.
Finalmente llegamos a nuestra primera parada en Eriste. Damos una vuelta por sus calles, y de camino de vuelta a la AC, hacemos parada en un parque. Mientras los peques se desfogan después de haber estado más de dos horas en la AC, nosotros nos tomamos un pequeño descanso.
Ya con el estómago lleno, y en vista de que el panorama que nos marcan los peques no es muy alentador para hecharnos una siestecilla, cojemos la AC para dirijirnos carretera arriba hacia el pk que hay al lado del hotel Turpi. Tal y como teníamos previsto, aunque el trayecto ha sido corto, los peques han caido rendidos, y este es nuestro momento para cerrar escotillas y marcarnos una merecida siesta.
No es hasta la hora de merendar que nos despertamos, vueno más bien me despierto, y empieza a dar el toque de queda al resto de la tripulación. Si queremos hacer la caminata prevista no nos podemos demorar mucho. Preparamos la merienda y cargamos con los peques en la mochila. Hempezamos nuestra incursión en la montaña a través del Sendero Botánico, un camino serpenteante con indicaciones de la flora que vamos encontrando a nuestro paso. Según teníamos entendido el camino era fácil, pero le desnivel se nos hace un poco cuesta arriba.
Llegamos a nuestra primera parada. Un banco a pie de un pino donde descargamos y aprovechamos para merendar. Las vistas son espectaculares. Al fondo divisamos nuestro siguiente objectivo, las cascadas que formarán las Gorgas del Alba. Maria hace una recolecta increible de piñas, y espero que no tenga intención de querer acarrwear con ellas, pues con todo el peso que llevamos, se trata de ir soltando lastre, y no de cargar con más. Seguimos la marcha i llegamos a una zona boscosa. En contínua bajada llegamos a una pasarela metálica que nos cruza el cauce del río (a una altura bastante considerable) y llegamos a las Gorgas del Alba, una zona habilitada con pasarelas metálicas para disfrutar de los caprichos del agua deslizándose por las rocas.
Empieza a hacerse tarde, por lo que nos dirigimos sin más demora por el camino de vuelta hasta el pk donde tenemos la AC. Finalizada la caminata, cogemos la AC y nos vamos para Benasque, donde pernoctamos en un pk bastante amplio junto a un par de AC más. Ya de mañana, después de sobrevivir a una guerra de almohadas y tomarnos un apetecible almuerzo. Nos damos una vuelta por Benasque. Acto seguido cogemos la AC para dirigirnos a nuestro siguiente destino, el pk de Llanos de hospital, desde donde cogemos un autobús que nos subirá hasta el refugio de la Besurta.
La subida ha sido dura, más con el lastre que cargamos a nuestras espaldas. Comemos tranquilamente en el Plan d'Aiguallut y disfrutamos de un placido día. Los peques estan a punto de caer rendidos, con lo que volvemos a cargar con ellos y bajamos hacia el refugio de la Besurta, para una vez allí, coger el autobús que nos llebará hasta el parking de los Llanos del Hospital. Ya en Benasque, y tras una merecida ducha, damos una vuelta por este pueblo. Nos sorpende el poco movimineto de gente para las fechas en las que estamos. A la mañana siuiente nos dirigimos hacia Cerler, donde se celebran las Jornadas Micológicas de Cerler. Después de callejear por las calles del casco antíguo, nos dirigimos a la plaza del pueblo, donde hacen una exposición sobre las diferentes especies de setas que se han recolectado durante la semana por la zona. Decidimos ir desaciendo camino de vuelta a casa. Esta vez el paso por el Congosto de Ventamillo ya no parece tan dramático (también ivamos por el lado de la calzada más separado de la pared), y llegamos a la población de graus, donde encontramos la carretera cortada temporalmente por celebración de las fiestas locales. Sin pensarlo dos veces, paramos allí mismo y nos ponemos a comer. Tan pornto como acabamos, nos dirigimos al centro del pueblo para seguir la Fiestas de Graus. Realmente son sorpendentes. Parece que todo el pueblo esté en la calle. Los más jóvenes van haciendo unas rondallas que van a parar a la plaza del pueblo. Un enclave escondido, desconocido y realmente muy bonito. Al parecer estas fiestas estan declaradas de Interés Turístico Nacional. Ya va siendo hora de recogerse hacia la AC y proseguir con el viaje de vuelta que nos devolverá a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario