lunes, 7 de diciembre de 2009

Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

San Lorenzo del Escorial - Comunidad de Madrid


La Biblioteca del Escorial, la primera pública de España, se formó, en su origen, con cuatro mil volúmenes de la biblioteca personal de Felipe II. En 1576 recibió la donación de la biblioteca de don Diego de Mendoza, caballero docto e ilustre. Más tarde, por orden del rey, se trajeron a El Escorial ciento ochenta y tres volúmenes de la capilla real de Granada. La creación de una gran biblioteca en España la tuvo en mente Felipe II desde 1556, pero retrasó el proyecto el ‘carácter trashumante’ de la corte española. En 1565 comenzaron a llegar los primeros volúmenes, y en 1566 llegó una segunda remesa de libros. De los monasterios de San Jerónimo de la Mutra y Poblet hay en El Escorial casi trescientos libros. En 1614 se enriqueció con los fondos de Muley Zidán, emperador de Marruecos. En 1671 un incendio quemó más de cuatro mil manuscritos. En total, de manuscritos hay unos seis mil, y unos seiscientos incunables. Casi nada. Una colección poco habitual que se conserva en el Escorial hace referencia a los certificados de autenticidad de las reliquias que recibía Felipe II. Formada por más de 300 certificados, cada uno de ellos han sido guardados en unas cajas específicas para evitar su deterioro. La invasión francesa de 1808 constituyó un peligro para la institución (no para las obras) equiparable al incendio del siglo XVII, pues se corrió el riesgo de una gran diáspora de los volúmenes debido a que el Gobierno de Francia ordenó el traslado de los fondos al país galo. Aparte de la extraordinaria riqueza de sus fondos bibliográficos, la biblioteca del Escorial llama la atención por su peculiar estructura física. Tiene unos bellos frescos en el techo pintados por Pellegrino Tebaldi, librerías de madera de indias diseñadas por el arquitecto Juan de Herrera, y una figura de Euclides que sostiene una tabla con un extraño dibujo: las tres figuras herméticas superpuestas, es decir, las claves de los constructores de El Escorial. La sala principal tiene una bóveda de cañón y mide 54 metros de largo. Se divide en siete zonas, cada una de ellas ornamentada con pinturas al fresco que representan las siete artes liberales (Gramática, Retórica, Dialéctica, Aritmética, Música, Geometría y Astrología) Tiene mesas de madera y mármol que sirven de expositores de grandes obras como las Cantigas de Santa María. En una sala de lectura cercana los investigadores, que acuden desde diferentes países del mundo, se agolpan para estudiar los fondos. Casi un millar de ellos pasan por aquí cada año. Y es que la biblioteca se ha reafirmado como un lugar de estudio y de trabajo científico al albergar dibujos y grabados, retratos de personajes, instrumentos matemáticos y científicos, mapas, esferas, astrolabios, reproducciones de fauna y flora, monetario o medalleros. En las salas de la biblioteca, en una labor oculta al público, se ha emprendido un profundo trabajo de conservación y restauración. Para quienes tengan intención de visitarla virtualmente, lo pueden hacer a través de la página web, que ofrece la posibilidad de consultar los catálogos de los fondos, cuyos primeros libros llegaron solo dos años después que se colocara la primera piedra, hace 450 años. La biblioteca del Escorial depende ahora de Patrimonio Nacional y su visita (salón principal) está abierta al público como parte integrante del Monasterio, en su horario habitual. No obstante, para los investigadores, los fondos pueden ser consultados de martes a sábado, de 10 a 14 horas. 

Fuente: Lugaresconhistoria.com

www.rbme.patrimonionacional.es

Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más