DOMINGO 09/08/20
Debido a las condiciones meteorológicas que nos esperan al
mediodía por la zona de Cauterets, optamos por un cambio de planes, lo cual nos
regala una jornada de descanso, una más. Llevamos varios días sin calzarnos las
botas, y eso se nota en el ánimo. No somos tan sedentarios como para hacer
tantos días seguidos de no hacer nada.
Sin excesiva prisa, nos ponemos en marcha. Descendemos el puerto de Hautacam y paramos en un centro comercial para rellenar la despensa. Seguimos hacia Cauterets, donde llegamos en unos 30 minutos. Accedemos a una de las áreas de AC que hay disponibles en la población, concretamente la que está situada a las afueras dirección Pont d’Espagne [N42.886505, W0.115504]. A las horas que llegamos todavía es pronto y no tenemos problemas para encontrar un buen sitio. Como viene siendo habitual, dedicamos un rato a esparcimiento personal y seguidamente sacamos las mesas y sillas para comer fuera, aprovechando el soleado día que tenemos por el momento.
Pasamos un buen rato hasta que repentinamente nos sorprende la prevista tormenta de lluvia y viento que nos hace recoger rápidamente todos los utensilios y refugiarnos en la AC.
Como viene siendo habitual en estas latitudes, con la misma rapidez que llega un temporal también desaparece. Con los primeros rayos de sol decidimos calzarnos e ir a dar una vuelta para descubrir la población de Cauterets. El área de AC está muy bien ubicada, y en pocos minutos estamos en el centro, concretamente en la Avenue Charles Thierry, donde encontramos varios comercios de material deportivo, los cuales son, bajo mi opinión, bastante decepcionantes en cuanto al material que disponen, más si tenemos en cuenta que nos encontramos en una zona exclusivamente de actividades deportivas. Seguimos descubriendo comercios de alimentos regionales y alguna otra tienda con los típicos Berlingots, caramelos de los cuales cuenta la historia que antiguamente dado que las aguas de la zona tenían un alto contenido en azufre, los usuarios de los balnearios usaban los caramelos para que no sufrieran el mal gusto de sus aguas.
Compramos una pequeña bolsa para degustarlos, y sorprendentemente no tienen un pronunciado sabor a azúcar. Callejeamos un rato de tienda en tienda, pasando por las zonas monumentales más características de la población, como son la encantadora fachada del Ayuntamiento, la animada plaza del teatro y el que para mí es el edificio más pintoresco, el teatro de madera que actualmente hace las funciones de estación de autobuses.
Tras nuestro recorrido volvemos a la AC dónde acabaremos de
pasar lo que queda de tarde, cenar y preparar las cosas para la excursión del
día siguiente.
Como conclusión de nuestra visita a Cauterets no sería justo
catalogarla como decepcionante, pero sí que un poco floja, esperábamos algo
más. En general, edificios muy antiguos y descuidados, un puñado de pequeños
comercios los cuales no acaban de reflejar todo el potencial de desarrollo de
la zona y una falta de cuidado al detalle, en comparación con muchas otras
poblaciones alpinas visitadas en otros viajes. Todo ello quedará eclipsado con
levantar ligeramente la mirada hacia arriba y darse cuenta del entorno natural
que lo alberga, donde el agua emana por doquier y los senderos hacen la delicia
de cualquier senderista.
LUNES 10/08/20
Jornada para enmarcar en el recuerdo montañero. Hoy es uno
de esos días de los que hacen afición senderista, de los que no quieres que
terminen nunca. Nos levantamos temprano no sin dificultades, y hacemos un
buen desayuno. Pronto estamos en marcha y ascendemos por la serpenteante
carretera D-920 que nos conducirá hasta el aparcamiento de Pont d’Espagne
[42.852262, -0.135378]. Por el camino cruzamos La Raillère desde dónde
atisbamos a pie de carretera la espectacular Cascada de Latour, y unos cientos
de metros más arriba la cascada de Cerisey. Una vez aparcados, acabamos de preparar los últimos detalles y nos dirigimos a la zona de taquillas. Tenemos previsto hacer la ascensión en telesilla para paliar el desnivel acumulado a la larga jornada de treking que nos espera por delante. Compramos un ticket combinado de sólo subida para el telecabina panorámico + telesilla.
Por otro lado, el hambre ya aprieta tras el esfuerzo continuo que hemos realizado para alcanzar estas cotas de altitud, por lo que buscamos un rincón donde refugiarnos del frío aire que recorre el valle y a la vez nos permita disfrutar de la espectacular cara norte del Vignemale, su glaciar y en general el circo montañoso que nos rodea.
Acabamos de comer y en poco tiempo la méteo cambia bruscamente, tornándose en un cielo nublado y descargando una tímida lluvia que en pocos segundos se convierte en un fuerte chaparrón.
Poco antes de llegar a Pont d’Espagne la lluvia cesa, y para nuestra sorpresa, el cielo vuelve a abrirse ligeramente. Pasamos por la zona del restaurante donde están los diferentes miradores de la ensordecedora cascada y cañón objeto de visita de la gran mayoría de turistas que se acercan a esta zona.
Finalmente llegamos a la AC. El reloj marca las 6 PM y los
primeros rayos de sol tras la tormenta empiezan a hacer acto de presencia.
Nos ponemos en marcha de nuevo. Hacemos una primera parada
en Cauterets para comprar algunos alimentos y aprovechar la cobertura
telefónica para hacer un repaso a la previsión meteorológica para los próximos
días, las cual nos condicionará el calendario de las actividades. Ponemos rumbo
hacia Héas, una pequeña población sin un núcleo urbano definido, a los pies del
Circo de Tromouse, donde pasaremos la noche en un amplio prado que a la vez
hace las funciones de parking [N42.749110, E0.089456]. Para ello deshacemos la
carretera que une la población de Cauterets con Soulom y cogemos la carretera
D921 dirección Luz-Saint-Sauveur, la cual cruza un bonito desfiladero esculpido
por las aguas del río Gave de Gavarnie. Para nuestra sorpresa, a la llegada a
Luz-Saint-Sauveur resulta ser una animada población, la cual sin duda pararemos
a descubrir a la vuelta de nuestro periplo por estos valles.
Conducimos hasta Gèdre por una cómoda carretera, y a la
salida cogemos un desvío a mano izquierda para adentrarnos en la carretera que
conduce hasta el final del valle del Circ de Tromouse. Como ya comentamos,
paramos en la población de Héas a pernoctar en una bonita y tranquila
explanada.
MARTES 11/08/20
Después de la paliza del día anterior, decidimos levantarnos cuando el cuerpo nos lo pida. Tenemos previsto visitar el Circo de Troumouse.
A ritmo alegre vamos bajando hasta el refugio de Maillet,
donde nos encontraremos todos de nuevo.
Comemos en la AC y volvemos de nuevo al refugio para
deleitarnos con unos caprichos en forma de deliciosos brownies y copa de
helado. Una vez finalizado este pecado para los sentidos, conducimos la AC
hacia el parking donde hemos dormido la noche anterior en Héas. La méteo para
el miércoles no es muy halagüeña, así que no preparamos ninguna excursión en la
montaña.
El resto de la tarde lo dedicamos a jugar y a
entretenimiento personal de cada uno.
MIÉRCOLES 12/08/20
Amanece un día lluvioso, y según la previsión meteorológica
será la tónica reinante durante todo el día. La idea de hoy es descansar y
ultimar los preparativos para la excursión del día siguiente.
Pasamos un rato en la AC y cuando mejora la mañana nos
ponemos en ruta dirección Gavarnie. La bajada por la carretera D922 hasta Gèdre
es un poco complicada debido a que nos cruzamos con la multitud de vehículos
que acceden al Circ de Troumouse, pero por suerte, a pesar de que la carretera
es estrecha, dispone de bastantes rincones donde apearse para cruzarse con los
vehículos.
Nos incorporamos a la carretera D921, una vía más amplia y cómoda
de conducción. Alcanzamos la población de Gavarnie, la cual a diferencia de
Cauterets es mucho más pequeña, pero con una escenografía mucho más cuidada.
Pasamos de largo y nos dirigimos al área de AC situada a 2 kilómetros de la
población [N42.738891, W0.020065] para recoger aguas y vacía depósitos, que
íbamos muy apurados. Terminadas las tareas, nos acomodamos en el área hasta la
hora de comer. A la tarde bajamos al pueblo de Gavarnie con la AC, puesto que
la tarde continúa con un ambiente amenazante de lluvias y no queremos
arriesgarnos a tener que recorrer el camino de vuelta bajo el agua. Aparcamos
en una zona de aparcamientos en batería a pie de carretera adecuado para las AC
[N42.736744, E0.012740]. La tarifa del aparcamiento es de 8€ por 24 horas.
Una vez acabado el paseo, volvemos a la AC, pero justo antes
de llegar nos vuelve a sorprender otra descarga de agua. Igual que antes, dura
poco rato, pero en esta ocasión nos deja bien empapados. Con la AC en marcha
volvemos a recorrer los casi 2 kilómetros que nos separan hasta el área de AC
donde pernoctaremos.
El resto de la tarde lo dedicamos a los preparativos tanto
de equipaje como de comida para la excursión del día siguiente. Pasamos un
agradable rato en el que todos aportamos lo mejor de nosotros para definir los
preparativos. Ya solo queda programar el despertador e ir a dormir bien pronto,
ya que al día siguiente toca madrugar para llevar a cabo lo que en el argot
ciclista se conoce como la etapa Reina.
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