sábado, 28 de abril de 2018

Caminos de Ronda de la Costa Brava


Podremos viajar mucho para descubrir nuevos horizontes, pero creo que en pocos lugares encontraremos una riqueza paisajística tan grande y diversa como la que tiene lugar en Catalunya. Éste fin de semana hemos podido saborear de nuevos rincones, los cuales nos han robado una pequeña parte de nuestro corazón. La Costa Brava, un lugar hermoso y pervertido por igual, en el que la mano del hombre ha roto parajes naturales increíbles, pero que por el contrario, deja latente que ésta actuación humana, en su justa medida y con un mínimo de gusto, también ha sabido revalorizar rincones de forma acogedora y de gran encanto.
Nuestra primera parada es en Tamariu. Desde la playa de ésta población pare un tramo del camino de ronda, el cual discurre entre pinares, rocas y sendas habilitadas. Al poco de partir, llegamos a la Punta del Burro, unos escollos rocosos donde encontramos una pequeña cabaña con su muelle de acceso al mar. Tras una dificultosa subida, accedemos a una senda que nos conduce al pinar de la Musclera. Desde éste punto, y en pronunciada bajada zigzagueante, llegamos a la conocida Cala Pedrosa, cuyo nombre refleja claramente que el piso de la misma está formado por infinitas rocas redondeadas. Es aquí donde podremos hacer un alto y descanso, pudiendo refrigerarnos en la peculiar cabaña que hace los servicios de bar.
Es en este lugar donde detectamos una curiosidad que será una constante en todo el fin de semana. La costa está repleta de medusas. Si la fría temperatura del agua nos hace dudar a la hora de bañarnos, la presencia de estas especies gelatinosas nos acaba de convencer.
En nuestro camino de vuelta disfrutamos de un gran día soleado. Una vez en Tamariu, y tras una reparadora comida, pasamos el resto de la tarde en la playa en una jornada de descanso y de entretenimiento familiar.
Antes de que caiga el día nos desplazamos al que será mañana nuestro destino: Aiguablaba. Como que llegamos con tiempo y el día aún es claro, hacemos una pequeña incursión a esta cala. Lo que más nos llama la atención es la terraza del restaurante en las que está teniendo lugar alguna celebración de un grupo de franceses. Es una fiesta con un ambiente xil-out. Durante estos días podríamos afirmar sin equivocarnos mucho que la presencia de extranjeros, mayoritariamente franceses, iguala a la presencia de catalanes.


El día amanece nublado, y antes de que nos levantemos empezamos a escuchar las primeras gotas. Dadas las circunstancias, pasamos la primera parte de la mañana en la autocaravana, bien sea leyendo, dibujando o ocupándonos el tiempo como mejor nos viene. A media mañana, aprovechando uno de los paros de la lluvia, decidimos continuar con nuestros planes. Nos calzamos las botas de montaña iniciamos el tramo de camino de ronda que sale de Aiguablaba y que nos conducirá a través de las calas que nos separan de Fornells hasta la bonita Platja Fonda.
Como todos los caminos de ronda, el trayecto es zigzigueante y con fuertes rampas de ascenso y descenso. En esta ocasión, el trayecto discurre por pocos paisajes naturales, pues la pedanía de Fornells ha engullido este tramo de costa. No quita ello de que encontremos rincones con sumo encanto y muy fotogénicos. Los vamos saboreando poco a poco, en la calma que nos regala la inestabilidad meteorológica y que ha ahuyentado la masificación de personas por unas horas. Llegamos a través de unas largas escaleras y en fuerte descenso a la Platja Fonda, donde nos apalancamos durante unos minutos encima de una roca a escuchar el suave silbido de cuando las holas retroceden y se cuelan entre las piedras que forman la orilla.

Durante el camino de vuelta atisbamos los primeros rayos de sol del día, con lo que decidimos repetir el plan, y tras una rápida comida en la autocaravana, nos acercamos a la playa de Aiguablaba a pasar la tarde.
Pero el día dará más de si aún. Nos duchamos y ponemos rumbo a la cercana población de Begur. Un paseo por sus concurridas calles nos hace pasar un buen rato.
Y aun nos quedará una última visita antes de qué se ponga el sol. Se va notando que los días se alargan considerablemente. Nos dirigimos al mirador de la Creu. Lo que parecía que iba a ser una simple visita efeméride, se convierte en el descubrimiento de un mágico lugar en el que disfrutar de una perspectiva increíble del golfo de la playa de Pals, con las Illas Medas a medio plano, y al fondo la estampa del Cap de Creus.


Nos resistimos a marcharnos de tan fascinante lugar. Nos planteamos seriamente quedarnos toda la noche, pues las vistas son cautivadoras, pero los planes del día siguiente nos recomiendan aparcar en un lugar más accesible a Aiguafreda, dado que si llegamos tarde a la mañana siguiente, el acceso y el aparcamiento de la autocaravana se complica notablemente.



Y para finalizar el día, o más bien para empezar la noche, nos dirigimos a un acantilado de Aiguafreda cercano al parking donde pernoctamos, desde donde nos sobrecoge la estampa de la luna llena reflejada en las tranquilas aguas mediterráneas.

Nuestro último día en tierras de la Costa Brava amanece con un sol radiante. El camino de ronda entre Aiguafreda y Sa Tuna está perfectamente acondicionado para hacerlo en un tranquilo y corto paseo. En Aiguafreda encontramos un bonito embarcadero donde los niños pueden jugar tranquilamente. Ya llegando a Sa Tuna, las estampas son muy fotogénicas. Cruzamos entre medias de las primeras casas y llegamos a una de las calas más famosas de la costa Brava por su belleza. Nosotros en un primer momento continuaremos nuestro camino por el camino de ronda, dejando atrás esta pedanía. Nuestro objetivo es llegar a la Punta des Plom, que es el vértice opuesto de la cala que encierra este rincón respecto a mar abierto.
 

Llegamos sin mucha dificultad y por supuesto inmortalizamos el momento con unas instantáneas. De vuelta a Sa Tuna nos acomodamos en la playa y decidimos alargar la mañana prolongadamente con sesiones de baño, lectura, juegos y charlas. Nos resistimos a marcharnos, pero como todo lo bueno, tiene un final. Así que partimos de vuelta hasta la autocaravana, donde daremos cuenta de una buena comida, una siesta reparadora y emprenderemos nuestro camino de retorno.
  



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más