sábado, 15 de marzo de 2025

Biblioteca Gabriel García Márquez

Barcelona - Catalunya

En el barrio de Sant Martí de Provençals de Barcelona, ​​concretamente en el número 219 de la Calle del Treball y junto a la nueva Plaza de Carmen Balcells Segalà, se encuentra una de las bibliotecas más atractivas del planeta: la Biblioteca Gabriel García Márquez. Rinde homenaje al célebre escritor colombiano, ganador del Premio Nobel de Literatura, y busca promover la lectura y la creatividad entre sus visitantes.

Arquitectónicamente -pero no únicamente- es tan interesante que algunos la han bautizado como el Guggenheim de La Verneda (el barrio de La Verneda está casi a su lado).

Fue inaugurada en mayo del 2022 para dar servicio no sólo a Sant Martí sino a los barrios adyacentes como el caso de la citada La Verneda.

El edificio, diseñado por el estudio de arquitectura SUMA Arquitectura, destaca por su estructura de madera, un material poco común en la construcción de bibliotecas, pero elegido por su sostenibilidad y calidez. Su diseño se basa en la idea de un gran árbol de libros, una metáfora que evoca la conexión entre la naturaleza y el conocimiento.

La biblioteca tiene cinco plantas, con una distribución abierta y fluida que permite la entrada de luz natural a través de grandes ventanales. Su fachada de madera y vidrio no solo proporciona un aspecto acogedor, sino que también mejora la eficiencia energética del edificio.

Uno de los elementos más llamativos de su arquitectura es su estructura orgánica y curva, que rompe con la rigidez de los edificios convencionales y crea un ambiente más cercano y envolvente. La combinación de espacios abiertos, terrazas y zonas de lectura al aire libre refuerza su conexión con el entorno urbano.

El espacio ganó el Premio a la Mejor Biblioteca Pública de 2023 que entrega la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) y Systematic, y ha sido la primera vez que entre las nominaciones a este galardón internacional se encontraba una biblioteca del sur de Europa. También es la primera vez que una biblioteca que no alcanza los 4.000 m² ha sido nominada; debe tenerse en cuenta que las últimas bibliotecas que se llevaron el premio superan de largo los 10.000 m2.

Los méritos que se han valorado para darle este prestigioso premio son la buena interacción con el entorno y la cultura local, la calidad arquitectónica del edificio, la flexibilidad de los espacios y servicios, la sostenibilidad, el compromiso con el aprendizaje y conexión social, la digitalización y soluciones técnicas de los servicios, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca Naciones Unidas y la visión global. Ciertamente, no es poco.

Y no ha terminado aquí porque el edificio también ganó el Premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura.

Dentro de la biblioteca, nos encontramos con un ambiente dominado por una cálida luminosidad y con varios espacios, no es como las bibliotecas más clásicas que tienden a ser más uniformes, aquí encontramos variedad y cada espacio conforma por sí solo un ecosistema. Encontraremos butacas, pufs, gradas de madera, almohadas, una hamaca… Incluso tiene un espacio para la socialización y también luce su propio estudio de radio.

Si dividimos por plantas, en la inferior se encuentra además del citado estudio de radio, un auditorio, salas y un patio. En las dos plantas siguientes tenemos la colección y espacios que facilitan la lectura. En el piso siguiente encontramos el espacio infantil y juvenil, y la última planta está destinada a aquellos que buscan mayor concentración.

Especializada en literatura latinoamericana, podemos encontrar espacios tan singulares como uno dedicado al creador de Mortadelo y Filemón, Francisco Ibáñez, vecino del barrio.

www.ajuntament.barcelona.cat/biblioteques/ca/bibgarciamarquez
Plaça Carmen Balcells Segalà, 1
08020 Barcelona

viernes, 14 de marzo de 2025

La Pajarera

Igualada - Catalunya

En 1910, la plaza del Ayuntamiento de Igualada mostró un cambio radical, y que perduraría durante muchos años. Buena culpa de todo ello la tuvo “La Pajarera”, que se convirtió en el mercado por excelencia de la ciudad.

La Plaza del Ayuntamiento de Igualada cuenta con una zona porticada, hoy sólo conservada en el lado noroeste. Originalmente era mucho más extensa, pues ocupaba toda la plaza. En 1912 se derribaron las vueltas que hacían chaflán con la travesía de San Sebastián, y en 1932, las que daban a la calle de Santa Maria. Se trata de la plaza que conforma el centro de la vida igualadina y está presidida por el edificio del Ayuntamiento y forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. El espacio ocupado por esta plaza ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, y proviene de la unificación dos plazas menores en una sola, la plaza Nova (mencionada desde el año 1337) y la plaza del Blat (de la que existen testigos desde el año 1356). La nueva plaza, conocida desde ese momento toda ella como plaza del Blat, adoptó la estructura irregular en forma de “T” que se mantuvo hasta el año 1910.

Durante siglos se convirtió en espacio para el mercado de la población. En 1910 se derribó la manzana que quedaba por construir el edificio modernista conocido como la Pajarera, para utilizarlo como mercado cubierto.

De hecho, “La Pajarera” empezó a proyectarse en 1905 para centralizar los productos cárnicos que salían del Matadero. Proyectado por Pau Salvat y Gili Moncunill, tenía una forma octogonal y seguía la estética modernista de la época.

El edificio tenía planta octogonal, con una cubierta a dos niveles a modo de pagoda. Se coronaba con un tragaluz central que iluminaba y ventilaba el interior. La primera cubierta era resuelta con baldosa, la segunda con teja plana y el lucernario era de cristal.

En la sesión del 22 de septiembre de 1905 se hace una descripción del edificio:

“El edificio en proyecto podría construirse en la plaza de la Construcción, en la confluencia de la calle de l'Argent y del Forn. Tendría 18 m. de ancha y fondo, de planta octogonal regular.

Las carnicerías en número de treinta aproximadamente se ubicarán en la parte exterior del lado del octógono. La entrada estará en la cara del edificio que mira a la Casa Consistorial.

En el interior del edificio podrían disponerse, con entrada independiente, seis o más mostradores para la venta de gallina y una mesa de cuatro a cinco metros de largo para el pez.

La parte interior de las carnicerías quedaría complemento incomunicada con el público, mediante rejas de hierro y entrada especial en los mostradores de gallina.

Los puestos de venta de carne serían de media de unos 3 metros de alto y en el cuerpo central una media de cuatro”.

La puerta de entrada estaba coronada con un frontón en el que estaba representado el escudo de la ciudad con una decoración de cerámica blanca y verde. Las puertas eran de hierro con decoración floral y los alféizares de los mostradores de las carnicerías estaban recubiertos de baldosa amarilla con decoración floral

La estructura general era de hierro. Tenía sus antecedentes en los mercados de Born y Sant Antoni de Barcelona. Al tener esta estructura podríamos decir que más que dentro del modernismo, este edificio, debería incluirse en la llamada arquitectura del hierro, sin embargo, la decoración era modernista.

Se trataba de un edificio singular que conectaba con las construcciones de la época, situado en el corazón de la ciudad. Como consecuencia de ser un edificio más funcional que suntuoso, nunca fue valorado como correspondía, lo que llevó a su derribo

Los días de mercado, toda la plaza y sus alrededores hervían de actividad. Más adelante, en 1962, se derribó el Mercado cubierto para ganar espacio en la plaza, recolocando el mercado de las carnes en la calle Santa Maria número 10, en Cal Ratés, donde también estaban las pescaderías.

Sin embargo, el mercado se continuó celebrando también en la plaza todos los miércoles y sábados hasta el año 1973, año en que se trasladó a una finca adquirida por el Ayuntamiento de Igualada en el Pla de la Masuca, donde había una nave industrial. Reconstruido el edificio, el Mercado cubierto entró en funcionamiento el día 22 de marzo de 1975, aunque no se inauguró oficialmente hasta el 2 de abril de 1977.

 

Fuente: www.veuanoioa.cat
            www.modernismeigualada.cat
Plaça Ajuntament
08700 Igualada, Catalunya

domingo, 23 de febrero de 2025

Caves Bohigas

El pasado domingo tuvimos la suerte de vivir una gran experiencia en las Cavas Bohigas, situadas en la histórica masía de Can Macià, en el corazón de la Conca d’Òdena, a tocar de Igualada. Desde el momento en que llegamos a la finca, nos envolvió una sensación de calma y belleza que solo un lugar con tanta historia es capaz de transmitir. La masía, de arquitectura tradicional catalana, se encuentra rodeada de un paisaje impresionante: amplias parcelas de viñas y aire fresco de la tierra vinícola, todo ello custodiado por la imponente montaña del Puig Aguilera.

Nuestra visita comenzó con un recorrido por las instalaciones de la masía, un complejo arquitectónico que combina la robustez de las construcciones tradicionales con el paso del tiempo. Las paredes de piedra, los techos de vigas de madera y los detalles en cada rincón nos hablaron de la historia de la familia Bohigas, que lleva más de 800 años vinculado a la tierra y la viticultura. Durante el recorrido, la guía nos explicó cómo la finca ha pasado de generación en generación, siempre manteniendo el respeto por el patrimonio y la naturaleza que rodea a este maravilloso lugar.

Uno de los momentos más sorprendentes fue el descubrimiento de la cripta de la Mare de Déu de la Mercè, un espacio que refleja la profunda conexión espiritual de la familia con su tierra y su tradición. Este pequeño pero significativo lugar, nos sorprendió por su buen estado de conservación del retablo, donde encontramos un mural con unas pinturas que escenifican a los personajes adorando a la Virgen de la Mercè, tallada y situada en la parte central del retablo. Como curiosidad queda del paso de las tropas en los años de la Guerra una inscripción tallada sobre el mármol de una de las barandas del altar.

También tuvimos ocasión de acercarnos a los viñedos. Caves Bohigas cultiva una variedad de uvas autóctonas de la región, como el Macabeo, el Xarel·lo, la Perellada y el Chardonnay, que crecen en los terrenos privilegiados de la finca. El clima de la zona, con inviernos fríos (aunque cada vez menos) y veranos cálidos, favorece un proceso de maduración ideal para obtener vinos y cavas de excelente calidad. Destacar que durante los años 80 en la zona era muy frecuente la producción de uva de variedad Sumoll, pero posteriormente en gran parte del territorio se sacrificaron esas viñas para introducir otras variedades de mejor acogida y rendimiento. Los propietarios de Bohigas decidieron mantener una pequeña parcela con esta variedad, y a día de hoy, en función de las condiciones de la campaña, se puede hacer una tirada de botellas única que recoge los vestigios de esa variedad. Procedente de cepas centenarias, esta uva sólo se puede vendimiar a mano, en caja de 15 kilos. La uva es encubada en jarras de arcilla de 250 litros, donde realiza la fermentación alcohólica.

Las bodegas interiores, frescas y llenas de historia, nos transportaron a otra época. Al caminar entre las filas de botellas que descansan en silencio, envejeciendo con paciencia, se siente la esencia del trabajo que se ha hecho a lo largo de los años. La crianza en estas bodegas subterráneas permite que los cavas desarrollen su complejidad y su carácter único, un proceso que la familia Bohigas cuida con mimo y esmero.

La zona de producción tenía que ser otro de los puntos culminantes de nuestra visita, pero por motivos de obras solo pudimos visitar la zona de los depósitos, no pudiendo visitar la zona de embotellado y degüelle, aunque tengo que decir que, por temas de trabajo, he tenido ocasión de visitar las instalaciones recientemente. Los modernos depósitos de fermentación, diseñados para mantener la temperatura y la humedad adecuadas, están rodeados de una atmósfera de respeto y cuidado. Nos hablaron del proceso de vinificación, desde la cosecha de las uvas hasta el embotellado, y de cómo la tradición se fusiona con la innovación para obtener un producto que actualmente exportan a múltiples países, siendo EEUU un gran importador de su producto.

Finalmente, para concluir nuestra visita, nos dirigimos al patio de la masía, un lugar encantador donde en épocas estivales los últimos años se ha utilizado como terraza de coctel amenizada con música, recreando un lugar de calma y entretenimiento ideal para desconectar. Allí pudimos relajarnos y disfrutar de una exquisita degustación de cava y vino. Sentados en mesas al aire libre, rodeados por el esplendor del paisaje y las antiguas paredes de la masía, tuvimos la oportunidad de probar algunos de los mejores cavas y vinos de la finca. El cava Brut Nature, con su delicada burbuja y su frescura, fue una delicia para el paladar. El vino tinto, por su parte, destacaba por su complejidad y su equilibrio, una verdadera muestra del trabajo artesanal que realiza la familia Bohigas en cada botella.

La experiencia en Caves Bohigas fue mucho más que una simple visita a una bodega; fue un viaje en el tiempo, un recorrido por la historia de una familia y una finca que han sabido mantener vivas las tradiciones mientras miran hacia el futuro. Y todo ello al lado de casa. Un rincón por el que hemos pasado en múltiples ocasiones de camino a excursiones por la zona y que nunca tuvo la merecida. Sin duda, es una visita que recomiendo a todos los amantes del vino, del cava y de la historia, un lugar donde se respira el alma de la tierra catalana y el arte de elaborar vinos y cavas excepcionales.

 

domingo, 1 de septiembre de 2024

Mercado Dominical del Libro de Sant Antoni

Barcelona - Catalunya

El Mercat de Sant Antoni, es uno de los mercados más grandes e importantes de Barcelona. Lo constituyen tres mercados: el de frescos, es decir alimentos; el de ropa, también conocido como els Encants; y el Dominical que es de libros. Está localizado en una de las manzanas del distrito del Eixample de Barcelona, donde antiguamente se encontraba el Baluard de Sant Antoni, una de las principales entradas a la ciudad amurallada.

El edificio, inaugurado en 1882, fue diseñado por el arquitecto Antoni Rovira i Trías. Fue el primer mercado que se hizo fuera de la ciudad antigua y su ubicación obedece al plan original de Ildefonso Cerdá.

El edificio resultante causó impresión: estructura de hierro con altísimos ventanales, con planta central circular con función panóptica y cuatro brazos cruzados prolongándose como las aspas de un molino. Todo cubierto y con amplias cornisas laterales para proteger las paradas exteriores del sol o la lluvia.

Inicialmente la actividad comercial estaba destinada al comercio de comida. Muy pronto la oferta de alimentos se amplía a otras mercancías y alrededor del edificio se crea un Mercat dels Encants ocupado casi completamente por comerciantes del ramo textil y artículos para el hogar. Más tarde, el espacio también dio cabida a un tercer mercado: el Mercat Dominical de Sant Antoni. Libros nuevos y viejos, postales, posters, revistas, cromos, sellos… Los libreros y los coleccionistas de diversas pasiones se dieron cita con el público cada domingo convirtiendo este lugar en un raro ejemplo de mercado urbano con actividad cada día de la semana.


Se comenta que el mercado de libros de segunda mano, también conocido como Fira de Bellcaire, era una actividad heredada de la que existió entre 1920 y 1936 en el Paral·lel, al lado del Molino. Allí se ofertaban todo tipo de objetos, pero la venta de libros se impuso. Para afrontar las inclemencias del tiempo se organizaron en asociación y consiguieron que el Ayuntamiento les ofreciera emplazarse debajo de las amplias marquesinas del mercado y así comenzó una actividad que tuvo una acogida estupenda por parte de los barceloneses.

Desde 1936, gente todo tipo, entre los que se contaban intelectuales de prestigio (se dice que durante la dictadura de Franco en Sant Antoni se vendían o se intercambiaban clandestinamente libros prohibidos), acudían a comprar o simplemente a pasear entre sus abarrotados puestos.


La bella estructura construida en el siglo XIX comenzó a dar síntomas de cansancio y en el año 2007 dio comienzo un periodo de obras de reforma que supusieron el traslado de los tres mercados a unas estructuras prefabricadas provisionales en las calles adyacentes. El proceso de rehabilitación sufrió varios retrasos, el más importante de los cuales lo motivó el hallazgo de restos arqueológicos.

Tras estas largas y discutidas obras, el mercado se ha reabierto en 2018. Se ha querido aprovechar la rehabilitación de estos más de 50.000 metros cuadrados para construir aparcamientos y equipamiento urbano. Se han liberado los patios interiores que antes se utilizaban solo para carga y descarga. Las obras han hecho salir a la luz las joyas arqueológicas que guardaban las entrañas del edificio:  un tramo de la Vía Augusta romana original, un tramo de las murallas del siglo XVII entre las calles Urgell y Manso, el Baluart de Sant Antoni y una necrópolis, también de la época romana.

Actualmente el mercado cuenta con 74 paradas repartidas concéntricamente en el exterior del edificio, bajo unas marquesinas. Aglutinan especialidades diferentes, que van desde el libro antiguo, de colección y descatalogado, coleccionismo de postales y documentos históricos, cómics, carteles, películas, cromos, videojuegos, y libro de ocasión y de segunda mano.

 

Fuente: Wikipedia.es; barcelonia.com


www.mercatdominicaldesantantoni.com
Carrer del Comte Urgell, 1
L’Eixample, 08011
Barcelona

miércoles, 14 de agosto de 2024

Les Halles de Tours

Tours - Francia

El mercado de Les Halles de Tours tiene una historia que se remonta al siglo XII, cuando ya se realizaban mercados en la zona, conocida como el "carreau des Halles". El concepto de construir un mercado cubierto en la ciudad nació en 1832, pero no fue hasta 1861 que se reactivó el proyecto, que fue encomendado al arquitecto Gustave Guérin. Inspirado por los pavillons Baltard de París, Guérin diseñó un edificio de hierro y vidrio para adaptarse a las nuevas tendencias arquitectónicas industriales de la época. La construcción comenzó en 1863 y el mercado fue inaugurado el 15 de agosto de 1866 durante la fiesta del Imperio.

El mercado de Les Halles rápidamente se convirtió en un punto de referencia en Tours, albergando una gran variedad de puestos de alimentos frescos y un mercado mayorista para los comerciantes locales. Su éxito obligó a las autoridades a ampliar la estructura, lo que ocurrió tras la demolición de la iglesia de Saint-Clément en 1883, cuando se incorporaron nuevas secciones al pabellón norte.

A lo largo del siglo XX, el mercado continuó siendo esencial para la vida de Tours, pero a medida que la ciudad se modernizaba, el mercado original comenzó a quedarse pequeño. En los años 60 y 70, el mercado de gros fue trasladado a la zona de Rochepinard, y las viejas estructuras fueron destruidas en 1976. La demolición de los antiguos pabellones dejó un vacío importante en la ciudad, conocido como el "trou des Halles".

La nueva versión del mercado fue inaugurada en 1980. Con un diseño moderno, el nuevo edificio es más funcional, con un aparcamiento subterráneo y un espacio optimizado para el comercio. Sin embargo, la nueva arquitectura, que utiliza acero, plexiglás y vidrio, fue inspirada por la estructura del Forum des Halles de París. Aunque algunos lamentaron la pérdida de la estética de los pabellones originales, la modernización permitió mejorar las condiciones de trabajo de los comerciantes y garantizar un ambiente más higiénico.

Uno de los elementos más interesantes de Les Halles es la gran variedad de productos locales que se pueden encontrar. En el mercado cubierto, los comerciantes venden productos de la región de Touraine, como el vino de Chinon, que es reconocido por su calidad, y el queso Sainte-Maure-de-Touraine, uno de los más emblemáticos de la región. Además de estos productos, es común encontrar castañas, frutas de temporada, pescados frescos del río Loire y embutidos caseros. Los mercados de Les Halles se han convertido en un lugar en el que los productos autóctonos tienen un espacio destacado, lo que permite a los habitantes de Tours y sus alrededores acceder fácilmente a productos frescos y de calidad.

El mercado exterior que se monta en la plaza cada día es igualmente importante. Es conocido por su ambiente más relajado y su variedad de productos. En él se pueden encontrar desde flores frescas hasta panadería artesanal, pasando por miel y especias locales. Los puestos al aire libre no solo ofrecen alimentos, sino también artículos artesanales y productos de temporada, lo que convierte a la plaza en un lugar muy pintoresco y dinámico.

En cuanto a estadísticas, se estima que alrededor de 150 comerciantes operan en el mercado de Les Halles de Tours, distribuidos entre el mercado cubierto y el mercado exterior. A pesar de la modernización de las instalaciones, el mercado sigue siendo muy popular entre los locales, quienes lo consideran una parte fundamental de su vida diaria.

El mercado también ha sido testigo de diversos momentos históricos de la ciudad. Durante la Revolución Francesa, por ejemplo, los mercados como Les Halles fueron puntos clave de distribución de alimentos, y en tiempos de guerra, el mercado de Tours fue vital para la provisión de productos a la población. Además, se dice que algunos comerciantes han sido parte del mercado durante varias generaciones, lo que añade un toque de tradición y continuidad a la historia del lugar.

Hoy en día, Les Halles de Tours sigue siendo un lugar vivo, donde se mezcla la tradición con la modernidad. Los turistas que visitan la ciudad tienen la oportunidad de conocer de cerca los productos locales y disfrutar de la atmósfera única que ofrece el mercado, mientras que los habitantes de la ciudad continúan confiando en él para hacer sus compras diarias. Sin duda, el mercado de Les Halles sigue siendo una pieza fundamental en la vida de Tours, no solo como un centro comercial, sino también como un símbolo de la identidad y la cultura de la región.


www.leshallesdetours.fr
1 Pl. Gaston Paillhou
37000 Tours, Francia

Librairie Bédélire

Tours - Francia


La librería Bedélie, ubicada en Tours, Francia, es un rincón literario que combina pasión por la lectura y una atmósfera única. Su interior está decorado con elementos que evocan el mundo de Tintín, creando una experiencia inmersiva para los visitantes.

Historia y Origen

Bedélie abrió sus puertas en 2007, fundada por un equipo de entusiastas de la literatura y la cultura de Tintín. El nombre "Bedélie" es un juego de palabras que combina "Bédé" (abreviatura de "bande dessinée", cómic en francés) y "Lilie", reflejando su enfoque en las aventuras gráficas y su pasión por las obras de Hergé.

Decoración y Ambiente

Al ingresar a Bedélie, los visitantes son recibidos por estanterías que abarcan una amplia gama de géneros literarios, desde cómics y novelas gráficas hasta literatura infantil y obras clásicas. La decoración rinde homenaje a Tintín y sus amigos, con murales, esculturas y objetos que recrean escenas y personajes emblemáticos de la serie. Esta ambientación transporta a los lectores al universo creado por Hergé.

Curiosidades

  • Eventos Temáticos: La librería organiza regularmente exposiciones y eventos relacionados con Tintín, incluyendo presentaciones de libros, talleres y actividades para todas las edades.
  • Colección Especializada: Además de los álbumes clásicos de Tintín, Bedélie ofrece ediciones raras, objetos de colección y material relacionado, convirtiéndose en un punto de encuentro para fans y coleccionistas.
  • Zona Infantil: Cuenta con un espacio dedicado a los más jóvenes, donde se realizan actividades y se promueve la lectura desde temprana edad.

Visita y Experiencia

Una visita a Bedélie es más que una simple compra de libros; es una inmersión en un mundo de aventuras y nostalgia. Los visitantes pueden explorar la tienda, participar en eventos temáticos y descubrir obras que han marcado la historia de la literatura gráfica. La librería se ha convertido en un punto de referencia cultural en Tours, atrayendo tanto a locales como a turistas.

En resumen, la librería Bedélie ofrece una experiencia única que combina la pasión por la lectura con la magia del mundo de Tintín, creando un espacio donde los libros cobran vida y las historias trascienden las páginas.

https://www.canalbd.net/bedelire/
37000 – Tours, Francia
81 Rue du Commerce

J'ai les Bulles

Tours - Francia

La librería J'ai les Bulles, ubicada en Tours, Francia, es un espacio dedicado al mundo de la banda diseñada (cómics), ofreciendo una amplia selección de títulos nuevos a precios reducidos, así como ejemplares de ocasión. Su nombre, que en francés significa "Tengo las burbujas", hace referencia a las "burbujas" de texto que aparecen en los cómics.

Fundada en 1995 por Frédéric Dupont, J'ai les Bulles ha establecido una sólida reputación en la comunidad local y entre los amantes del cómic. La librería se encuentra en el 82 de la Rue du Commerce, en el centro de Tours, facilitando el acceso tanto a residentes como a turistas.

Al ingresar a J'ai les Bulles, los visitantes son recibidos por un ambiente acogedor y especializado, con estanterías que exhiben una amplia gama de cómics, desde los más clásicos hasta las novedades más recientes. La disposición de los libros permite una fácil exploración, invitando a los lectores a sumergirse en el mundo del cómic.

La librería ofrece una extensa colección de cómics, incluyendo ediciones limitadas y títulos difíciles de encontrar. Comprometida con la difusión de la cultura del cómic, J'ai les Bulles mantiene precios competitivos y ofrece descuentos periódicos. Además de los títulos nuevos, la librería dispone de una selección de cómics de segunda mano, permitiendo a los clientes adquirir obras a precios más económicos.

J'ai les Bulles participa activamente en la comunidad local de cómic, colaborando con eventos como el festival "A Tours de Bulles". Este festival anual celebra la cultura del cómic y atrae a artistas y aficionados de toda Francia.

J'ai les Bulles se ha consolidado como un punto de encuentro imprescindible para los aficionados al cómic en Tours. Su amplia oferta, precios accesibles y ambiente especializado brindan una experiencia única para explorar y adquirir obras de este fascinante mundo gráfico. Si alguna vez te encuentras en Tours, no dudes en visitar esta maravillosa librería para descubrir nuevos títulos y sumergirte en el universo del cómic.



viernes, 9 de agosto de 2024

Halles Châtelet

Orleans - Francia

El Halles Châtelet se encuentra en el corazón de Orléans, Francia, en la Place du Châtelet, una zona que ha sido un centro comercial importante desde hace siglos. Su ubicación es estratégica, cerca del río Loira y del centro histórico de la ciudad, lo que hace que sea un punto de acceso tanto para residentes como para turistas. Este mercado tiene una larga historia que remonta a la Edad Media. Originalmente, en este lugar existía un mercado al aire libre, donde los vendedores ofrecían productos frescos y locales. En el siglo XIX, la ciudad decidió construir las "Halles", un edificio cubierto destinado a centralizar la venta de alimentos y mejorar las condiciones de trabajo y compra para los comerciantes y compradores.

A lo largo de los años, el mercado pasó por varias reformas. En 1977, el edificio original de las Halles fue reemplazado por un centro comercial moderno, conocido hoy como Halles Châtelet. El objetivo de esta renovación fue ofrecer una estructura más funcional y adaptada a las necesidades comerciales de la ciudad, sin perder su carácter de mercado local. A pesar de la modernización, se han mantenido algunos de los elementos tradicionales que siguen conectando el mercado con su historia.

En 2005, se llevó a cabo una nueva renovación significativa. Esta ampliación permitió aumentar su superficie, mejorar la accesibilidad y ofrecer una mejor experiencia a los visitantes. Hoy en día, el Halles Châtelet alberga más de 50 tiendas, de las cuales aproximadamente 35 están dedicadas a la venta de productos alimenticios. La oferta incluye desde pescados y mariscos frescos, carnes, embutidos, hasta frutas, verduras, panadería y productos lácteos. Muchos de los productos que se venden son locales, provenientes de la región de Loira, lo que le da un toque auténtico a la experiencia de compra.

Uno de los atractivos del mercado es su enfoque en productos frescos y de calidad, que permiten a los visitantes conocer mejor los sabores y productos de la región. Además, en el Halles Châtelet se pueden encontrar productos de la gastronomía francesa más reconocidos, como quesos, vinos y dulces típicos. Aunque el mercado es principalmente un lugar para hacer compras, también es un sitio donde los locales se reúnen para interactuar y compartir historias.

A nivel arquitectónico, el edificio del Halles Châtelet es una mezcla de lo antiguo y lo moderno. La estructura original de hierro y cristal, típica de los mercados del siglo XIX, se mantiene como parte de la identidad del lugar, pero se han incorporado elementos contemporáneos para hacer el espacio más funcional y cómodo. Este contraste arquitectónico refleja bien la evolución del mercado a lo largo de los años, que ha sabido mantener su carácter tradicional mientras se adapta a las exigencias del siglo XXI.

El mercado también tiene una ubicación privilegiada cerca de varios puntos de interés en Orléans. En las cercanías se encuentran la Casa de Juana de Arco, el Museo de Historia y Arqueología de Orléans, así como el cine Les Carmes. Esto hace que el Halles Châtelet no solo sea un mercado, sino también una parte integral de la vida cultural y social de la ciudad.

En resumen, el Halles Châtelet es un mercado con una rica historia que ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en un centro comercial moderno sin perder su esencia histórica. Ofrece una variedad de productos frescos y locales, y se ha mantenido como un lugar central de encuentro para la comunidad de Orléans. Su combinación de tradición e innovación lo convierte en un punto de referencia tanto para los residentes como para los turistas que visitan la ciudad.

Web: www.halleschatelet.fr
Pl. du Châtelet
45000 Orleans, Francia

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