Igualada - Catalunya
En 1910, la
plaza del Ayuntamiento de Igualada mostró un cambio radical, y que perduraría
durante muchos años. Buena culpa de todo ello la tuvo “La Pajarera”, que se
convirtió en el mercado por excelencia de la ciudad.
La Plaza
del Ayuntamiento de Igualada cuenta con una zona porticada, hoy sólo conservada
en el lado noroeste. Originalmente era mucho más extensa, pues ocupaba toda la
plaza. En 1912 se derribaron las vueltas que hacían chaflán con la travesía de San
Sebastián, y en 1932, las que daban a la calle de Santa Maria. Se trata de la
plaza que conforma el centro de la vida igualadina y está presidida por el
edificio del Ayuntamiento y forma parte del Inventario del Patrimonio
Arquitectónico de Cataluña. El espacio ocupado por esta plaza ha sufrido
numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, y proviene de la unificación
dos plazas menores en una sola, la plaza Nova (mencionada desde el año 1337) y
la plaza del Blat (de la que existen testigos desde el año 1356). La nueva
plaza, conocida desde ese momento toda ella como plaza del Blat, adoptó la
estructura irregular en forma de “T” que se mantuvo hasta el año 1910.
Durante
siglos se convirtió en espacio para el mercado de la población. En 1910 se
derribó la manzana que quedaba por construir el edificio modernista conocido
como la Pajarera, para utilizarlo como mercado cubierto.
De hecho,
“La Pajarera” empezó a proyectarse en 1905 para centralizar los productos
cárnicos que salían del Matadero. Proyectado por Pau Salvat y Gili Moncunill,
tenía una forma octogonal y seguía la estética modernista de la época.
El edificio tenía planta octogonal, con una cubierta a dos niveles a modo de pagoda. Se coronaba con un tragaluz central que iluminaba y ventilaba el interior. La primera cubierta era resuelta con baldosa, la segunda con teja plana y el lucernario era de cristal.
En la
sesión del 22 de septiembre de 1905 se hace una descripción del edificio:
“El edificio
en proyecto podría construirse en la plaza de la Construcción, en la
confluencia de la calle de l'Argent y del Forn. Tendría 18 m. de ancha y fondo,
de planta octogonal regular.
Las
carnicerías en número de treinta aproximadamente se ubicarán en la parte
exterior del lado del octógono. La entrada estará en la cara del edificio que
mira a la Casa Consistorial.
En el
interior del edificio podrían disponerse, con entrada independiente, seis o más
mostradores para la venta de gallina y una mesa de cuatro a cinco metros de
largo para el pez.
La parte
interior de las carnicerías quedaría complemento incomunicada con el público,
mediante rejas de hierro y entrada especial en los mostradores de gallina.
Los puestos
de venta de carne serían de media de unos 3 metros de alto y en el cuerpo
central una media de cuatro”.
La puerta de entrada estaba coronada con un frontón en el que estaba representado el escudo de la ciudad con una decoración de cerámica blanca y verde. Las puertas eran de hierro con decoración floral y los alféizares de los mostradores de las carnicerías estaban recubiertos de baldosa amarilla con decoración floral
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La
estructura general era de hierro. Tenía sus antecedentes en los mercados de
Born y Sant Antoni de Barcelona. Al tener esta estructura podríamos decir que
más que dentro del modernismo, este edificio, debería incluirse en la llamada
arquitectura del hierro, sin embargo, la decoración era modernista.
Se trataba
de un edificio singular que conectaba con las construcciones de la época,
situado en el corazón de la ciudad. Como consecuencia de ser un edificio más
funcional que suntuoso, nunca fue valorado como correspondía, lo que llevó a su
derribo
Los días de
mercado, toda la plaza y sus alrededores hervían de actividad. Más adelante, en
1962, se derribó el Mercado cubierto para ganar espacio en la plaza,
recolocando el mercado de las carnes en la calle Santa Maria número 10, en Cal
Ratés, donde también estaban las pescaderías.
Sin
embargo, el mercado se continuó celebrando también en la plaza todos los
miércoles y sábados hasta el año 1973, año en que se trasladó a una finca
adquirida por el Ayuntamiento de Igualada en el Pla de la Masuca, donde había
una nave industrial. Reconstruido el edificio, el Mercado cubierto entró en
funcionamiento el día 22 de marzo de 1975, aunque no se inauguró oficialmente
hasta el 2 de abril de 1977.
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